sábado, 4 de septiembre de 2010

Cuentos Gallos



Cuentos Gallos y taza edición especial.


En este pequeño libro, de tan solo 76  páginas, de tamaño media-carta, y una portada, hecha por su sobrina Gabriela,  que simula una bolsa Joropera, con un gallo feísimo y espaturrado, el famoso abogado y productor de dulces de higos, Antonio Leonidas Itriago Machado, nos deleita  con una serie de cuentos raros, parte chistes, parte anécdotas personales, escrito con ameno estilo y liviana prosa; todos los cuales terminan sin sentido alguno. En ese libro se alude indirectamente a familiares y conocidos del autor.  El cuento "Memorias Heróicas" es una autobiografía, en la que se refleja su humildad y la forma como escribe sus libros. El autor está  tan seguro del éxito del mejor libro de cuentos del Universo que jamás se haya escrito,  que ordenó a Miguel Ángel García imprimir toneladas de su libro, que según él, tendrá mapas ejemplares y más ediciones que la Biblia y el Quijote juntos. El libro se imprimió tan rápido que primero  salieron las portadas, sin nada adentro, salvo el gallo espaturrado. Cuando se dio cuenta y le reclamó al impresor, éste les agregó casi todos los pliegos, pero le faltó el correspondiente  a las páginas 61,62,63 y 64; razón por la cual el cuento "El eterno pretendiente" quedó trunco y casi se empata con otro en alemán. El famoso abogado, quien también fue filatelista, recordó en el libro la decepción que tuvo cuando fue a vender su colección de estampillas, que él creía que valían más que un Rolls Royce, pero sólo consigiuió un señor en la Florida que  le ofreció unas naranjas podridas. Enfurecido la pagó con los pobres animales  representados en las estampillas. Menos mal que no tenía la estampilla de Juan Pablo II, porque estaría excomulgado. Así nació el "Estampillicidio". uno de los mejores cuentos fallos, perdón. gallos. Don Gaspare. el mafioso, también es autobiográfico, pues  Antonio anduvo mucho tiempo con los fluxes rayados de Traki, llamados por Luisa, su Francesca, "los zamuranos". En el cuento Etervínico, para disimular, asumió un papel femenino, el de Etervina, y cambió la verdadera referencia obligada, cruzada y única de sus pensamientos, es decir, la "comida", por la palabra "amor". Si usted lee el cuento, y cambia la palabra "amor" por "comida" tendrá la versión original. "Carpe Diem", o disfruta el momento presente sin preocuparse por el momento futuro, es también su vivo retrato, como también lo es el cuento de Milú, porque todos sabemos que ve con los ojos de su perrita y más de una vez lo hemos sorprendido caminando en cuatro patas y husmeando debajo del sofá de su casa. "Eso es correcto" o la "Transformación del sí", corresponde igualmente a una vivencia personal del autor, que cuando estaba trabajando en una importante institución bancaria, respondía siempre de esa manera  a su alto pero pequeño jefe. El médico matemático, representa a su cuñada Bertica, quien suele diagnosticar y recetar de la manera indicada en el cuento "El falso galeno"; quien por lo visto no era tan falso. "Un pozo de petróleo en la sala", corresponde a su muy lejana etapa juvenil, cuando trabajaba en el Ince. y fue enviado al Zulia, donde conoció a la viejita del cuento, de apeliido Tarre. Obsérvese que en ese cuento lo traicionó el subconsciente y empezó a hablar en primera persona. El relato  de la intérprete alemana, es una versión deformada de una reunión que tuvo en Honduras con una intérprete en el idioma inglés que en una reunión de organizaciones de ONG en lugar de traducir elogiaba la obra de los organizadores y pontificaba sobre todos los temas como si fuese una delegada más. Dejamos de último el Prólogo, porque es la parte más extraña y folclórica del libro, y la que mejor refleja al autor, no porque él tenga las virtudes que se le atribuyen en ese texto, que no las tiene, sino porque prácticamente lo escribió él mismo para autoelogiarse: pasó meses leyendo los correos que todos le mandábamos, hasta que encontró el único que lo elogiaba, unas tres piches y generosas, por no decir piadosas,  líneas  que su  hermano Francisco L. Itriago Machado le había enviado con relación a uno de los chistes malos o gallos, que suele enviarnos. Sin consultar a Francisco, seleccionó esas tres líneas, les agregó la firma de Francisco, y como Mr. Bean, cuando observaba las tarjetas de Navidad que él mismo se había enviado, miró satisfecho su obra y hasta tuvo el descaro de llamar al supuesto prologuista para felicitarlo.
ESTE ANÁLISIS FUE ELABORADO, AL ALIMÓN, POR SU SOBRINO PEDRO MANUEL ITRIAGO MARTÍNEZ Y POR SU HERMANO MIGUEL ÁNGEL ITRIAGO MACHADO, quienes autorizan, la reproducción total o parcial del mismo, siempre que indiquen la fuente.

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